Miedo al dentista (Odontofobia)

Miedo al dentista (Odontofobia) – Si alguna vez has tenido caries —algo bastante probable, teniendo en cuenta que entre el 60% 90% de los niños y el 100% de los adultos las tienen, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)— conocerás el desagradable sonido que emite el pequeño taladro de los dentistas. Es más, solo con pensarlo recordarás esa desagradable sensación que recorre el cuerpo cuando se acerca a los dientes. Y es solo uno de los muchos tratamientos que provocan que el 15% de la población tenga miedo al dentista, también según la OMS.

Algunas personas sienten un gran malestar ante la idea de ir al dentista. Esto puede dañar su salud.

Tienes molestias en la boca desde hace tiempo, te sangran las encías, llevas posponiendo la limpieza bucal anual más de tres años y se te está acumulando el sarro, crees que puedes estar empezando a desarrollar periodontitis, y sabes que solo hay una manera de solucionar todo esto, no te queda otra… pero sólo con imaginarlo te entra el pánico, el miedo insuperable, te intentas autoconvencer de que realmente no es tan necesario ir y estás dispuesto a soportar esta situación antes que entrar en una consulta de un dentista.

En este artículo vamos a hablar de una fobia mucho más común de lo que se cree: la odontofobia, el miedo al dentista, un problema que puede desencadenar varias complicaciones serias de salud.

Artículo relacionado: «Tipos de fobias: explorando los trastornos del miedo»

¿Qué es la odontofobia? Diferenciar entre la ansiedad y la fobia

Como hemos comentado anteriormente, la odontofobia es el miedo irracional y persistente a ir al dentista. Para ser considerado como una fobia, este miedo se debe prolongar durante al menos seis meses.

Debemos matizar que no es lo mismo hablar de la ansiedad que podemos sentir todos antes de ir al dentista (algo muy común en la sociedad, no solo en niños) y otra cosa es hablar de fobia al dentista (odontofobia). Queramos o no, en ocasiones ir al dentista es incómodo por la intervención invasiva que suelen hacer, ya que la boca es una zona muy sensible. Es normal y adaptativo que de alguna manera nuestro organismo detecte que hay un “peligro”, y que como consecuencia se active la ansiedad para “huir” o para “luchar”. Sin embargo, la odontofobia es algo mucho más serio para la persona que la padece, ya que afecta muy negativamente a su calidad de vida.

Un elemento diferenciador de tener un simple estado de ansiedad y tener odontofobia será la medida en que la persona evita de forma activa ir al dentista a pesar de que le es realmente necesario ir. Una analogía muy adecuada para entender esto es compararlo con la fobia a los aviones. Muchas personas sienten ansiedad antes de volar, pero no va más allá y suben al avión sin necesidad de medidas alternativas. Las personas con fobia a volar evitarán en la medida de lo posible subir a un avión, y siempre que puedan cogerán transportes alternativos, aunque ello les perjudique objetivamente (a nivel económico, tiempo, etcétera).

En el caso de la persona con odontofobia, en la medida que le sea posible evitará a toda costa ir al dentista, mientras que la persona con ansiedad se enfrentará a ello sin darle mayor importancia, a pesar de la incomodidad o dolor que pueda llegar a sentir.

Síntomas del miedo al dentista

Las personas con odontofobia tienen miedo, en general, a los procedimientos invasores (a que les pinchen, cirugía, extracción de dientes, anestesia, taladro…). Experimentan gran ansiedad, lo que puede conducir a aumentar la sensibilidad al dolor. Algunos autores relacionan la odontofobia o fobia dental con la fobia a la SID (Sangre-Inyección-Daño).

Tienen miedo a padecer dolor, y en algunos casos tienen miedo de tener un ataque de pánico en el momento de la intervención. Como consecuencia al miedo, los pacientes suelen tensar los músculos, incluso los de la cara. A veces puede existir una hipersensibilidad al reflejo de ahogo, sobre todo en el caso de los hombres. El ahogo se produce al intentar introducir objetos en la boca de la persona o al presionar la garganta, dificultando o impidiendo la intervención médica.

En los casos más graves de odontofobia con hipersensibilidad al reflejo de ahogo los estímulos que generan el ahogo se amplían: pensar en el dentista, el olor a utensilios propios del dentista, lavarse los dientes, llevar cuellos altos, etcétera.

Causas de la Odontofobia (Miedo al dentista)

En general las causas de cualquier fobia específica, como la odontofobia, se explican por tres factores importantes (Barlow, 2002): vulnerabilidad biológica, vulnerabilidad psicológica generalizada y vulnerabilidad psicológica específica. Nos vamos a centrar de forma especial en la vulnerabilidad psicológica específica, ya que suele ser la que mayor protagonismo tiene en la odontofobia.

Ésta estaría relacionada con una experiencia de aprendizaje negativa directa, basada en el condicionamiento directo. Más concretamente, sería la típica escena de un niño que atraviesa una experiencia negativa en el dentista y que a partir de entonces condiciona el dentista con el dolor o estímulo fóbico, y que se generaliza a otros estímulos (p. ej., bata blanca, el olor a dentista, ver los materiales…).

Lógicamente, la gravedad y la frecuencia de estas experiencias negativas (sentir que cada vez que se va al dentista se tiene una experiencia muy desagradable o medianamente negativa) y una exposición poco frecuente a la situación tras la experiencia negativa (ir ampliando cada vez más la frecuencia con la que vamos al dentista por la aversión y el miedo que nos genera: evitación) son las variables más importantes para el desarrollo de esta fobia específica.

Miedo al dentista en niños

El miedo al dentista suele aparecer en la infancia y, si no se gestiona adecuadamente, puede llegar a consolidarse como una fobia que dificulte cualquier tipo de tratamiento odontológico y genere una gran ansiedad y malestar en quien la sufre. Por eso, es fundamental detectar los primeros signos de ansiedad dental en los niños y utilizar técnicas para aliviarlos.

Síntomas del miedo al dentista en los niños 

Cuando el niño tiene miedo al dentista suele manifestarlo con reacciones físicas inmediatas como el llanto al llegar a la consulta. También es normal que se muestre poco cooperativo o incluso que intente impedir que el dentista lo examine.

¿Qué causa el miedo al dentista en los niños?

Los niños pueden desarrollar miedo al dentista por varias razones, aunque existe una profunda relación entre la ansiedad dental y las experiencias odontológicas negativas. Lo peor de todo es que mientras más temprano en el tiempo se produzca esa asociación negativa, más intenso será el miedo, siendo un periodo particularmente sensible antes de los 5 años.

Consejos para mantener la calma cuando visita al dentista

Si alguna vez has tenido caries —algo bastante probable, teniendo en cuenta que entre el 60% 90% de los niños y el 100% de los adultos las tienen, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)— conocerás el desagradable sonido que emite el pequeño taladro de los dentistas. Es más, solo con pensarlo recordarás esa desagradable sensación que recorre el cuerpo cuando se acerca a los dientes. Y es solo uno de los muchos tratamientos que provocan que el 15% de la población tenga miedo al dentista, también según la OMS.

Los expertos lo denominan odontofobia y se trata del miedo al dolor y a la ansiedad que podemos llegar a vivir en una cita al odontólogo, explican desde la clínica dental Ferrus & Bratos. Pero es fundamental cuidar la salud dental es fundamental, así que hay que pasar por la consulta del dentista. No solo para tener una bonita sonrisa, sino porque «la falta de atención puede generar enfermedades periodentales, que aumentan el riesgo de padecer diabetes o de sufrir un infarto», aseguran desde el centro. Este tipo de dolencias afecta a entre el 15% y el 20% de la población adulta de entre 35 y 44 años.

Formas de controlar su miedo al dentista

  • Comparta sus temores. Si se siente nervioso o ansioso, cuénteselo a su dentista y al personal del consultorio. Si expresa sus inquietudes, el dentista podrá adaptar el tratamiento a sus necesidades.
  • Enfóquese en respirar regular y pausadamente durante los procedimientos dentales.Cuando están nerviosas, las personas tienden a contener la respiración, lo que disminuye los niveles de oxígeno y aumenta la sensación de pánico. Como sucede con algunas técnicas de meditación, concentrarse en una respiración lenta y regular ayuda a reducir los niveles de estrés.
  • Escuche algunas canciones. Si el sonido del torno lo perturba, lleve consigo sus auriculares y su música favorita.
  • Observe lo que come y bebe. Evite ingerir cafeína antes de una consulta con el dentista. Consuma alimentos con alto contenido proteico que, a diferencia de los dulces, tienen un efecto relajante.
  • Haga señas con las manos. Siéntase confiado al acordar hacer ciertas señales con la mano para comunicarse con su dentista. Cuando se sienta incómodo, indíquele a su dentista que disminuya o detenga el procedimiento.
  • Elija un horario de bajo estrés para la consulta. Programe su consulta al dentista en un día u horario en el que no le apremien el tiempo ni las presiones. Podría ser una consulta un día sábado o por la mañana temprano.
  • Pida referencias positivas. Si necesita un dentista, pídales a sus amigos y familiares que le recomienden uno. Recibir comentarios positivos sobre un dentista por parte de una persona en quien confía puede ayudarle a reducir su ansiedad.

por Julia Uliaque Moll